jueves, 27 de diciembre de 2007

Hoy... te quiero a ti

No, no esperes que hoy te escriba otra lista de todo lo que tenemos pendiente... Hoy no. No esperes que me dedique a malgastar la yema de mis dedos en palabras que difuminas hasta resumir en tan poco... Tampoco esperes que hoy, precisamente hoy, te cuente cómo he convencido a mis cuerdas vocales de que entren en parada por una noche; porque sé que si las dejo echar el pulso a su aire, van a terminar destapando una vibración que ya ha sonado bastante. Y estoy harta. Esta Navidad no te espero debajo del árbol... quiero que sea otro mi regalo. Ya sé que el paquete me vino con lazo hace meses, y que en estos días en los que otro número par nos pisa los talones el mundo se disfraza de generosidad, pero yo, que siempre nado a contracorriente, me siento inconformista. Te quiero a ti, a ti, a ti... y a ti también, aunque lo único que conozca de ti sea tu nombre. Asciende mi ego y creo sentirme capaz de cumplir mi deseo. Mantengo intáctos los pliegues de mi garganta; por si es verdad aquello de que no hay distancia si me fundo en tu silencio... o te fundes tú en el mío. Y aquí me tienes, gritándole al silencio de punta a punta, de norte a sur, desencajándome el brazo en un intento de rozar los rincones en los que te escondes, de rozar el papel en el que te envuelves... Una mano en el bolsillo y la otra rozando el cielo, que con los pies en la tierra es difícil volar cometas. Así que voy a ver si me invento un camino en el que poder soñar despierta. Voy a cerrar bien mis ojos, fuerte, muy fuerte, para ver todo lo que me ciegan los cientos de kilómetros que estorban entre tú y yo. Vístete de magia e ingenuidad. Hoy te quiero a ti. Tú eres mi regalo; y tú, y tú, y tú... Y quiero que aparezcas ya.

"Eres un peligro púbico, un hecho empírico a la vez que un cuerpo mágico, una fuente de calor en pleno Ártico... acordarse de ti es sintomático." Luis Ramiro.

miércoles, 12 de diciembre de 2007

Disfraz de noche

Me rindo, soy incapaz de dar sentido a todos y cada uno de los mensajes que me mandas en código rojo poniendo en peligro de extinción la promesa que siempre me hago contigo. Me rindo, esperando el momento en el que la luna sea la única luz que ilumine para que te cueles bajo mi edredón mientras yo intento debatir con la almohada el significado de lo insignificante, porque lo tuyo es un continuo enigma que no da tregua a mis noches, y me rindo, malgastando mi sueño en dar una explicación coherente a las señales que me manda el que ahora parece el par de ojos más sincero que han visto los míos. Rendida por todas las veces que intento descifrarte y me equivoco, otra vez, y otra vez vuelvo a repetirme lo ingenua que he sido al creer que ésta sería la definitiva. Inconformista cuando busco entre todas las palabras con las que intento componerte la equidad de sólo cruzarme contigo en las horas con las que se despide el día, los minutos en los que las agujas del reloj aumentan en velocidad mientras yo trato de agarrarme a tu mano pensando que, quizá, si me pego un poco más a ti, consiga acortar las distancias y retenerte de por vida. Y es inútil, despierto y mientras palpo el lateral que dejo siempre vacío me doy cuenta de que vuelves a convertirte en inalcanzable.
Descoordinada de todas las direcciones en las que se mueven las señales que salen de tu parte más sincera antes de llegar a bloquearse provocando un cortocircuito en tu cabeza. Ni siquiera estoy segura de necesitar todo este desequilibrio que provocan tus indecisiones... Qué ironía seguir sintiendo desde el otro lado de la línea mientras cuento las veces que me das y que me quitas, las veces por las que podría no encontrar ninguna razón por la que seguir esperando a que vengas, te disfraces una noche más y desaparezcas...

"Por qué no dejas de colarte entre mis sueños... por qué no dejo de pensar en ti... si te vas déjame cerrar la puerta que no quiero que entre nadie..." Rebeca Jiménez.

jueves, 22 de noviembre de 2007

Magia es verte sonreír

A veces soy tan frágil... comienzan sonando los acordes con los que es inevitable acordarse de ti.
Un puñado de palabras fue suficiente para saber que merecía la pena probar suerte, para cerciorarme de que detrás de esa armadura, que ya había dado señales de su dureza, se escondía mucho más, tanto, que ni siquiera cientos de kilómetros de por medio son capaces de impedir ahora que te sienta a mi lado. Porque es aquí mismo donde tú te encuentras, tú y tus soliloquios, que me invitaron a escucharles mucho antes de que tú te dieras cuenta. Y no, ya no estoy segura de saber discernir entre azar y destino, pero lo que sí sé es que repetiría la misma locura una y mil veces, aun sabiendo que cada paso que avanzo contigo complica en grandes proporciones la espera del siguiente. Y las únicas culpables son esas pequeñas cosas que, como siempre has dicho, con el tiempo se hacen gigantes. Cosas como darme las buenas noches cada día, sin decir una palabra, antes de que tus ojos dejen de soportar el peso de tus párpados. Cosas como descolgar una noche el teléfono y escuchar al otro lado la letra de la primera despedida. Simplemente, cosas como que te empeñes en invitarme a un capuccino demostrándome que tu vena norte puede llegar a ser aun más persistente que la mía propia.
Y mientras tanto sigo sujetando con la yema de los dedos la paciencia con la que intento acercar el momento en el que todos los relojes de la cuenta atrás dejen de marcar los miles de segundos que me impiden ser yo quien te ofrezca un café. Marcadores a cero y esta vez soy yo quien te da la sorpresa, que las tuyas empiezan a convertirse en rutina por todas las veces que me hacen plantearme si realmente quisiera tirar del lazo que sujeta tu envoltorio o si preferiría seguir siendo víctima de esa magia que haces tan real a poquito que me recuerdas que podría pasarme una vida entera intentando descifrar tu jeroglífico. Magia cuando no dejas de sorprenderme, magia cuando leo todo lo que teclean tus manos sobre un fondo negro, magia cuando escucho las últimas notas que han salido de tus seis cuerdas, magia cuando me dices que todavía estás conmigo... Magia es verte sonrerír.

Magia es probar a volcar lo que hay en el fondo de ti, magia es verte sonreír... Magia es probar a saltar sin mirar, es caer y volver a empezar... Rosana.

martes, 13 de noviembre de 2007

Inerte

Hace días que llevo intentando traducir en forma de palabras algo que, inexplicablemente, se cuela por los poros de mi piel cada vez que me cruzo contigo. Encuentro tu mirada entre todos esos pares de ojos que circulan perdidos por cualquier parte y, de todas las tonterías que revolotean por mi cabeza, elijo la más absurda, la de rehuirla en un intento de disimular todo lo que te he confesado en un abrir y cerrar de ojos. Y sólo sé que no sé nada; y mientras tanto el mundo gira, dirían algunos... pero no, el mío deja de dar vueltas y permanece inerte, paralizado por alguna extraña razón que hace que todo lo que no tiene que ver contigo carezca de importancia y desaparezca, siendo tú y yo los únicos supervivientes de esta realidad. Tú y yo... me siento en mi nube azul dejando via libre a la imaginación y dibujando un pronombre compuesto, pero pierdo el equilibrio y me doy cuenta de que he vuelto a tropezar con la rutina de confundir tus sonrisas. Contigo a mi lado sin estar a tu lado. Y me pierdo aun más en el intento de dejar de medir cada palabra que te digo, dejar de medir cada gesto articulado por miedo a que me delate, a que te des cuenta de lo difícil que se me hace ser impasible a tus caricias. Intento también dejar de darte el papel principal de todos los temas que rellenan la estantería de vinilos clasificados para escuchar los días en los que ni siquiera las notas de la mejor melodía te hacen flotar, y no sirve de nada. Tampoco creo que esté pidiendo tanto. Sorpréndeme con alguna de tus miradas inesperadas y me olvido de todo, inmóvil, preguntándome si te darás cuenta de lo que está pasando, de la dificultad que supone el insinuarte una mínima parte de lo que mi lateral izquierdo reproduce en forma de latidos.

"Ya lo sé, que no es fácil, a veces, hacerme la muerta en tu vida, que si floto por dentro es para recordar que estoy viva... navegando por cada recuerdo, pasando los días contigo a mi lado sin estar a tu lado... todavía" Tiza.

domingo, 28 de octubre de 2007

La cuenta atrás...

Siento no poder llevar esto tan al día como quisiera, pero últimamente el tiempo es un recurso escaso para mí, así que os dejo la banda sonora de estos últimos días...

viernes, 5 de octubre de 2007

Tic-tac, tic-tac...

Una llamada inesperada en mitad de la noche. Gritos, gritos, saludos, gritos y más gritos. Y una voz... y muchas voces, pero una especialmente conocida, y aun así, en ese momento, ponía más empeño en descifrar tus palabras que las que seguían los acordes marcados por la inconfundible Gibson.
Un escalofrío consiguió erizar hasta el último poro de mi piel mientras tu recuerdo venía a mi cabeza; y el tuyo, y el tuyo, y el tuyo... Hubiese dado más de lo que pudiera por tan sólo un minuto de tu compañía. Sesenta segundos hubieran bastado para confirmar que sentirte tan cerca, a tantos kilómetros de distancia, puede ser tan real como un paseo por algunas de las calles más extravagantes de Madrid que, no sé muy bien qué tendrán para que con tan sólo dos billetes de ida y vuelta, hayan logrado calar hondo.
Me siento incapaz de prestar atención a la banda sonora que ha acompañado mi día a día, y vuelven recuerdos en forma de diapositivas. Y río... río por no llorar, porque nunca he sabido dar rienda suelta a mis emociones delante de unos pares de ojos tan atentos. Así que lloro por dentro, sin saber con certeza si mis lágrimas son amargas ó, si acaso, emergen de felicidad. Sensaciones tan distintas en tan poco tiempo... Creo que mis ideas empiezan a desmoronarse, y sólo me queda razón para pensar en un tercer billete... pasajeros, más allá del límite de nuestras fronteras, circulamos.

"Perdí cientos de horas en buscar un lugar donde tocar el suelo y encontré dos mil palabras que guardar, y vi toda mi vida alrededor. Canté cien escogidas al azar, sonó como si ya existiera. Grité las que no me gustaban y vi que sólo hablaba de los dos..." Iván Ferreiro.

jueves, 20 de septiembre de 2007

Wonderwall


Hoy no me importa que seas tú el protagonista. Es más, hoy quiero hablarte de cosas que nunca me he atrevido a contarte. Cosas... que quizá sea mejor que permanezcan bajo llave como lo llevan haciendo desde la primera despedida. Pero se me va de las manos la misma estación que cada año te lleva consigo y, por primera vez, creo que no me va a preocupar volver a echarte en falta, o por lo menos no de la misma manera. Contaría las mil y una razones por las que no merecería malgastar mi tiempo contigo; pero a ti, a ti... es imposible no quererte.
Ya ni me conozco, a estas alturas y aun me la sigo jugando por ti. ¿Lo peor de todo? Que arriesgaría una y mil veces. Después de todo, tampoco me parecen tan eternos los kilómetros que nos separan de un abrazo, ni siquiera las horas muertas delante de una pantalla que difícilmente va a contestar a cada texto que te escribo.
Contradicciones entre mi parte racional y mi lateral izquierdo; cómo te voy a pedir algo de lo que ni yo misma estoy segura. No sé, quizás ahora encuentre algo de sentido en eso de querer siempre lo inalcanzable; "el sueño de hoy como posibilidad del mañana". Posibilidades llenas de improbabilidad. Si tan sólo dejara mi cabeza de bloquearse en ti...

"And all the roads we have to walk along are winding, and all the lights that lead us there are blinding. There are many things that I would like to say to you and I don't know how, because maybe you're gonna be the one who saves me?" Oasis.

viernes, 20 de julio de 2007

Te miro

Te miro y me miras. Sé que tus ojos nunca fueron sinceros conmigo, pero es más fácil si hago que no me doy cuenta. Es más fácil si me olvido de todo y sigo creyendo que eres lo más cercano a mi perfección que he encontrado nunca. La imperfecta perfección. Así que pinto mi mente de blanco y me dejo llevar; una vez más... y una vez más caigo en el error de quererte. Una vez más gasto mi tiempo escribiéndote palabras que probablemente no llegues a leer nunca.
Me miras y te miro. Me encojo por dentro, pero ya no estoy segura de que sea mi lado izquierdo, o tal vez sí... tal vez no haya logrado recomponerse de tantos vuelcos y ahora me recorren de la cabeza a los pies sus mil pedazos.

Mis ojos rastrean las calles vacías de tanta gente, gente que no eres tú. Miradas desapercibidas. Los cierro y busco, te busco. Y vuelven a encontrarse con los tuyos. No deberían... o quizás sí. Esta vez brillan más que nunca. Así que por probar, pruebo; y miro, te miro. Miro una sonrisa que guardaría para toda la vida, y yo también sonrío. Miro ese puntito que oscurece tu piel y la hace inconfundible. Miro todas las veces que nos mirábamos en silencio... silencios rodeados de palabras inconfesables. Sé que reincido en el pecado de romper mis promesas de no volver a echarte de menos, pero mi delito sería no pensar en ti.
Te miro... y no sé qué decir. ¿Te das cuenta? Haces que mis cuerdas vocales estén sometidas a una fuerte exigencia. Mido tanto mis palabras que no estoy segura de poder articularlas. Por eso te miro. Te miro por fuera y por dentro... y entonces abro los ojos.

Y los tuyos... ¿se abrirán algún día?

"Este mes de agosto vamos a Jerusalem, hay palmeras tropicales por Madrid. No ha dejado de nevar y mis pies van a contarte queee... me gustassss bommmbonnbommmmbonnn..." Patricio.

lunes, 9 de julio de 2007

Au revoir Madrid


Y continua persiguiéndome la V, aunque más bien, una vez más, soy yo quien la sigue a donde quiera que vaya. Pero esta vez no ha sido la cordoVesa la que me ha girado la cabeza, sino la tuya, que para mí vale tanto o más que la que tiende a tomar una postura circular.
400km hacia el norte del centro que se convirtieron en un viaje al fin del mundo. 400km interminables y a la vez tan deseados que parecían no avanzar, y cuando mi noción de la distancia y del tiempo se había desorientado por completo, por fin me encontraba allí; delante de ti, de ti, de ti… aunque al principio creyerais haber visto a mi doble. Bastó un pellizco para saber que todo aquello era real, que tú y yo éramos de carne y hueso, que todos esos intentos de convicción habían dado su fruto… Ya estaba allí.
Las calles de Madrid ocultaban una multitud de secretos, incluso esas zapatillas verdes que tú seguirías por donde quiera que anduviesen. Sin embargo, las agujas de sus relojes corrían más rápido que en cualquier otra parte, tan rápido que sin apenas darme cuenta tenía a mi V delante guitarra en mano y en la otra un puñado de buenas canciones… y nervios, muchos nervios. Nervios por tener clavados a unos cuantos pares de ojos delante de ti… y nervios por tenerte ahí delante por primera vez, por querer demostrarle a todo el mundo lo mayúscula que es esa V, y no sólo en el sentido artístico.
Ya decían las malas lenguas que los últimos días estabas más antisistema que de costumbre, así que qué mejor forma de empezar que por los finales, para que se escucharan con fuerza desde el otro lado del charco… La temida cuenta atrás estuvo presente para recordarnos que la espera será larga hasta que los acordes de alguna guitarra nos vuelvan a juntar. Pero bastaron unos polvos en el aire para maquillar esa noche de interminable… polvos que volaron por toda la sala con una seguridad irreconocible hasta que se colaron por tu nariz haciéndote estornudar un acorde equivocado, y aun así, las palabras siguieron saliendo de tu voz desenmascarando esos ojitos que buscaban asustados los de la chica de las promesas. Pero fueron las fuerzas imparables los que humedecieron otro par que se encontraba a mi vera y que yo traté de secar con el mayor cuidado posible, porque eran los más sinceros que había visto nunca.
Fueron aquellos dos primeros ojos prometedores los que se subieron para despertar a Lucía y dejarnos a todos con ganas de seguir escuchando ese equilibrio entre dos de las voces que han formado parte de la banda sonora de mi vida estos últimos meses. Así nos encendieron el corazón derecho, porque el izquierdo ya estaba a flor de piel. Sus latidos cada vez más fuertes… más fuertes a cada instante. En ese momento sí que te hiciste invencible, con un rifle más con el que combatir tus letras recién traído de la capital de C. la Mancha. Y entre disparo y disparo la V apuntó hacia el momento más emotivo de toda mi noche devolviéndome la misma moneda de hacía unos días en forma de canción. Te aseguro que aunque mis mejillas dijeran lo contrario, esa moneda me la guardo en el bolsillo para siempre.
Pero ya no me bastaba nada y quería más, más, más… ni siquiera me importaban las cursiladas por titulares de tus temazos. No estaba dispuesta a perderme ni una nota contigo, y tampoco entendía cómo alguien había sido capaz de llenar tu baúl de cicatrices… La gente no tiene ni idea de lo que se pierde. Aunque otra V que también quiso hacerse notar sí que tenía claro que te iba a echar de menos…
Au revoir al Artépolis, al escenario, a Paris… se acercaba el final de la primera parte, pero se abría la puerta pintada con tiza para dar paso a unos dedos que saben muy bien cómo acariciar seis o cuatro cuerdas, a otros que golpeaban como palos unas teclas blancas y alguna que otra negra, y a los más importantes, a los de tu chica de las promesas, que corazón en mano fue regalándonos un trocito a cada uno de los allí presentes.
Ya lo ves princesita, ni siquiera la distancia me deja ir sin ti;).

"Ni cielo, ni aire, ni estufa que aguarde, mis pies dando vueltas bajo tu edredón... pasé por tu calle y había oleaje en tu habitación. Suicidar acordes, cambiar de pronombre compuesto, ahora sólo yo. Ni techo maltrecho, ni esquina en el pecho que me haga pasar de estación..." Tiza.

martes, 26 de junio de 2007

Me acuerdo de ti, de ti, de ti...

A pesar de todas mis intenciones, sigues sin haber cambiado nada. Me cuesta creer que a estas alturas pretendas que todo siga igual. Igual que antes, mucho antes de llegar a conocerte del todo, aunque a veces pienso que nunca llegaré a hacerlo. Eres como una de esas cajas llena de sorpresas que nunca sabes lo que guardan dentro, ni siquiera tú lo sabes, y me asusta encontrarme con algo a lo que siempre he temido... perderte. Aunque si abro bien los ojos, mi mirada más sincera puede ver que cada día que pasa te alejas más de mí. No es así como yo percibo el concepto de permanencia, pero si te soy sincera, tampoco me interesa que cumplas tus promesas. Y es que no me basta poder abrazarte si no te puedo tocar, poder darte un beso si no lo voy a sentir... No me bastan tus palabras si no las voy a poder escuchar siempre que las necesite. Tampoco me basta tener el vacío lleno de falsas ilusiones, y tú ni si quiera te das cuenta...
Dices que esperar es siempre la mejor medicina, pero yo siento que el tiempo se congela, que se niega a perderte en la memoría junto a tantos otros recuerdos inalcanzables a día de hoy... y yo soy incapaz de templarlo, quizá porque tampoco quiero que seas un rasguño más con el que llenar el típico baúl de los recuerdos.
Podría intentar desengancharme de ti regalando cada una de estas palabras a quien de verdad las valorase y, sin embargo, hace no mucho alguien me enseñó que un clavo saca a otro clavo, pero no a una chincheta de color, de esas que se cuelan hasta el fondo y acaban rompiendo tu corazón en mil pedazos. Supongo que ahora lo único que queda es intentar que destiña el color de ese príncipe que nunca fue azul.


"No ves que bestarte el alma no me basta, es más, me subasta. No ves que no puedo poner precio a cada una de las letras que insinuan un te quiero." Ana Vázquez.

sábado, 9 de junio de 2007

Imaginarte

Y yo sigo tomando prestadas las fotos de mi kakawete:p
Una vez más vuelvo a caer en la idiotez de repetirme que no me haces falta. Que aunque mis ojos se crucen con los tuyos no van a romper en un mar de lágrimas. Sé que no es verdad. Aunque me empeñe en negar que mi almohada no te extraña cada noche, aunque trate de fingir que no sentiría nada si nuestros cuerpos simplemente se dieran un roce... Sé que no es verdad. Y sin embargo, no puedo hacer nada por evitarlo, o quizás no me apetezca hacer nada por evitarlo; tan sólo imaginarte... Imaginarte al oir los primeros acordes de aquella canción que escuchamos juntos por primera vez, la primera vez. Imaginarte susurrándome al oído todas las frases escondidas en sus letras. Imaginarte conmigo... o sin mí.
Imaginar lo que fue y lo que podría haber llegado a ser. Sé que no fue verdad, o por lo menos no de la que a mí me hubiera gustado. Y tú también imaginabas... imaginabas lo que sería no volver a echar de menos. Pero hay veces que el lado izquierdo es más fuerte que cualquier otro. Y era entonces cuando más te imaginaba siendo la parte que hiciera posible que me completara yo misma. Promesas que se perderán en estas cuatro paredes... Y que no llegaban a ser mucho más que eso, palabras perdidas. Ni siquiera me importaba. Me conformaba con que te convirtieras en sueño cada noche, con que tomaras parte de la banda sonora de mi vida... Intentaré no confundir los sueños con soñarte. Y es que la vida es un sueño y los sueños, sueños son, y nada más, nada más... Tampoco hace falta que te diga que los sueños no se cumplen, porque en el momento que lo hacen, dejan de serlo. Y yo...prefiero imaginarte.

"Soy tu cintura, tú mi cuerpo. Mi deseo está en tu piel... Quizá parezca una estupidez imaginar lo que sería besarte en este instante." Lantana.

martes, 29 de mayo de 2007

Acompañante de viaje

Me encanta este camino, aunque siéndote sincera hay veces que tan sólo me quedaría con esos momentos en los que me enseña su mejor sonrisa, y hoy ha sido uno de ellos. Por eso me he decidido a escribirte, porque me encantan aun más todos y cada uno de mis acompañantes. Sobre todo los que voy descubriendo de imprevisto, aquellos que se cuelan por algún resquicio que dejé a la vista. Hay quien viene de pasada, entra y sale de mi vida sin apenas darme cuenta yo misma. Pero yo sé que tú has venido para quedarte, para enseñarme que no importan los kilómetros ni las horas para saber que estarás aquí siempre que te necesite, para demostrarme que puedo marcar una sola tecla y escuchar tu voz como si te encontraras a mi lado, y es que en el fondo sé que lo estás. Siempre has estado ahí.
No me importa el tiempo que lleve conociéndote, que echando cuentas tan sólo ha cumplido poco más de un año. Un año que para mí ha tenido más de 365 días. Un año que ha bastado para hacerte un sitio aquí conmigo... Y sin embargo ha faltado para decirte lo mucho que te necesito, para arroparte con mi mejor abrazo cuando has echado en falta un abrigo; pero tú mejor que nadie sabes que puedes contar conmigo para lo que quieras.

Lo más lejos...a tu lado.

"Vuelve la cuenta atrás te miro y lloro, y lloro... no soy de piedra y tú en cambio sí eres de oro. Da coraje saber que lo que ignoran del todo es que nuestra amistad se ha convertido en tesoro... Ahora empiezo a caminar, yo volveré a restar los días que me quedan para volverte a abrazar. Te vas, comienza la cuenta atrás." Ana Vázquez.

Lo mejor de todo la canción, "La cuenta atrás", y no recomiendo disco porque no está editado..todavía..vaya tela con los belgas;)

domingo, 20 de mayo de 2007

Te tengo a Ti

Con el permiso de una pedazo artista os dejo una foto que inmortaliza el momento kiwi! Ese que todos padecemos alguna que otra vez...

No he podido evitar quedarme pegada a la puerta de tu habitación escuchando el silbido de todos los pájaros que aletean por tu cabeza. Puedo contar con mis manos los años que llevo conociéndote, que sin embargo, son todos los que forman parte de tu vida, y aun así tu me has regalado cada uno de ellos. No voy a mentirte, no todos los cuentos tienen siempre un final feliz, y el nuestro no iba a ser menos. A veces se gana y otras se pierde, aunque yo contigo ya he ganado más de lo que había podido llegar a imaginar. Pero esa es la parte que más me gusta, cuando dejas a un lado nuestros insignificantes deslices y me sorprendes con tu abrazo más sincero. Aunque no lo creas, yo imploro en silencio tu regreso en todos y cada uno de esos momentos. Y es que tú mejor que nadie sabes lo que me supone a veces señalar la primera pisada. Supongo que de ahí mi facilidad para dejar atrás los malos momentos, momentos que es mejor emborronar y no tenerlos en cuenta, pero que mirándolos con otros ojos, son los culpables de que hayas acaparado un trocito de mi corazón, que siéndote sincera, a día de hoy no se siente pleno si tú le faltas.
Quizás no haya sido el mejor ejemplo a seguir como me han reprochado miles de veces, y sin embargo me prefieres tal y como soy, aceptando hasta esas partes que yo misma tacharía de mi. Quiero decirte que yo tampoco quisiera arrancar ni una pluma de esas que andan perdidas por ahí arriba, por eso cuando escuches todas las sandeces que te digo a veces, no me creas, pues te estaré mintiendo. A pesar de todo, sigues guardando una sonrisa para cualquier fallo, para hacerme ver que hay razones de mucho más peso que ni siquiera te brindan la oportunidad de levantarte, para enseñarme que me recogerás siempre que caiga. Y yo tan sólo trato de cuidarte, de hacerte un huequecito en ese instante de penumbra en el que a la par que tu ilusión se apague todo lo demás, porque entonces yo también me apagaré.

La verdad es que me recuerdas a alguien...alguien que creo conocer lo suficiente y que hace algún tiempo siguió tu mismo camino.

"He encontrado un refugio para ti en mis manos, he querido convertir estas palabras en canción. He jurado dar mi vida si te ocurre algo, he apostado mi corazón por tu ilusión." Vega.

sábado, 12 de mayo de 2007

Próxima Parada:



Entramos y ya escuchaba de fondo los acordes de la canción que nos sigue enseñando a girar sin dar la vuelta. Al principio pensé que estaría sonando el CD para ir entrando en ambiente, pero llegué al rinconcito donde nos había citado aquella tarde y no me lo creía. Tenía delante ensayando con su guitarra a esas dos manos que golpean con tanta sinceridad esas seis cuerdas. Mis ojos no daban crédito. Era la primera vez que veían tan de cerca a esa inconfundible Artista, y lo escribo con mayúsculas porque sí, porque aunque ella diga que aun está dando sus primeros pasos, para mi lo es de los pies a la cabeza.
Bajó del escenario y comenzaron los primeros acercamientos con el público. Me dije, esta es la mía. Sin pensármelo dos veces me presenté cortando de golpe a la parejita que seguramente me echó más de una mirada asesina. Al principio me chocó ese acento tan marcado, pero en seguida me di cuenta de que lo modificaba a sus anchas. Si es que esta chica vale pa’ to! Recordé que eran tres besos los que tenía que regalarle, y es que uno de ellos tenía diferente punto de partida…No pudo evitar esbozar una sonrisa al recordar a su niña de Málaga. Y allí nos dejó para tomarse un respiro, aunque más bien era su mono quien tiraba de ella para saciar ese vicio que le acompaña a todas horas. Y cuando digo a todas horas, no miento. Fue entrar de nuevo a nuestro rinconcito y ya sacaba otro malboro del paquete. Eso si, siempre acompañada de su botellita de agua confesándome que necesitaba un trago si no quería acabar deshidratándose.

Y pasaron los minutos más largos de toda la tarde, hasta que por fin les vimos las caras a sus otros dos acompañantes, si es que la pobre no sabe estar ni un ratito sola. Qué mejor compañía que la de esas cuatro manos que saben mejor que nadie como transmitirnos cada melodía. Pero la espera más ansiada de los últimos días, e incluso meses, no se quiso hacer más de rogar. Ahí estaba ella, con su guitarra en mano. No sé si sería porque allí todo me parecía perfecto, pero tenía delante a la guitarra más bonita que había visto en mi vida. Y noté como se me iba encogiendo el corazón mientras le escuchaba preguntarse…qué tengo yo? Más bien éramos nosotros los que la teníamos a ella, aunque sólo fuera por una hora. Nos confesó algunas de sus noches universitarias…y de borracheras…que excusó diciendo que todos las habíamos tenido alguna vez siendo Libres.
Si os soy sincera, no consigo acordarme a la perfección del orden del repertorio, pero sí de que lo siguió sin prisa. Porque el “dichoso programa” como ella lo calificó, le hizo dar la “pirula” demasiado rápido, y esas cosas no suelen tener un buen final.
Con la misma claridad en sus principios, demostró que no es muy buena idea hacerle daño a tu pareja, y menos cuando ésta escribe canciones por las que circulan experiencias propias. Ya se empezaba a sentir más cómoda, y qué mejor forma de demostrárnoslo que interpretando Eres como sólo ella sabe hacerlo. Con esas rascadas de cabeza que nos vuelven a todos locos, confesando que le encantaría que alguien le cantara lo que refleja ese temazo, que aunque no sea de cosecha propia, nos arranca la emoción quizá más que otro cualquiera.
Estábamos ya a mitad de concierto y yo me sentía como si acabáramos de empezar. Pero llegaba la parte por la cual se hacía llamar “acústico”, y se quedó sola ante el peligro recordándonos esos días de duda y desilusión que nos acompañaron tanto a ella como a nosotros hace un tiempo, y que le hicieron plantearse si estaría malgastando su vida en la clave de sol
Seguía erizándonos la piel con palabras en inglés que repetía una y otra vez, again and again…Fue entonces cuando se nos quedó a todos esa cara de incomprensión, de no entender como pueden ser capaces de dejar en el tintero una maravilla como esa.
Aunque no pudimos ser nuevos pioneros en escuchar una inédita, se permitió el privilegio de interpretar a una de sus grandes influencias como lo es Christina Rosenvinge, rodeada de pulgas que tenía delante y que también le llegábamos al corazón. Pero no podía dejar de lado a sus dos mosqueteros y volvieron para hacernos ver que no hacía falta discutir para que empezara a llover; y llovía, y llovía…sin dejar rastro de su habitación que tanto le gritábamos las pulguitas. La verdad es que a veces le pedimos lo imposible, pero no pudo compensarnos de mejor manera que con Y si sólo, que si en disco brilla por si sola, allí notabas como te daba un vuelco el corazón.
Se acercaba el final y la vida contigo, no sin antes agradecernos con un griiiito el haberte acompañado aquella tarde y tantas otras más. Gracias a ti por ser como eres, por regalarnos una sonrisa en cada esquina, por dejarte un presupuesto en púas y por esa cabecita que se acuerda de todos los nombres que van pasando por su vida…y gracias también a tus dos manos, derecha e izquierda, porque sin ellas tampoco sería lo mismo, por ser igual de cercanos y sencillos, y en especial a Domi por hacerme creer que tengo otra doble por ahí suelta, porque me hizo reír hasta no poder más. Hasta pronto...

jueves, 3 de mayo de 2007

Donde todo empieza

Anoche intenté escribirte, pero no me sentía con fuerzas. Y es que ayer fue uno de esos días que escribiría en la lista de los olvidos para que se borraran de mi memoria para siempre. Bajé del coche con la preparación necesaria para encontrarme con todo lo que no quería ver, oir, sentir... pero fue rozar el suelo con el pie derecho, porque para estas cosas todos nos ponemos un poco supersticiosos, y notar como un escalofrío recorría todo mi cuerpo. Mi melancolía me retenía vagamente intentando que no la abandonara; no podía permitir que me vieras a su lado. Pero mis ganas de abrazarte y decirte esas dos palabras que nunca han cambiado nada, crecían cada vez con más fuerza.
Notaba como a medida que pasaban los minutos me sentía más vulnerable. Intentaba no dejar que mis ojos derramaran una lágrima, una lágrima que en poco tiempo podía llegar a convertirse en un mar de desesperación que nunca encontraría su calma. Pero en seguida advertí que me acechaba un susurro que con sigilo se iba colando más y más dentro hasta llegar al centro de mi diana, esa que si te descuidas también llora a su manera. No fui capaz. Bastó una mirada perdida en los ojos más húmedos que los mios llevaban vistos esa tarde. Y empezó a llover...llovía por fuera y llovía por dentro, trayendo a mi memoria una de las letras más sinceras que he escuchado últimamente "las nubes se comprimen deshaciéndose en abrazos de agua..". Y te das cuenta de cómo cuando no son tus lágrimas las que te calan hasta los huesos, todo lo demás pierde importancia, y se inunda todo.
Me avergüenzo de no haber reunido el valor suficiente para mostrarte mi mayor escudo, el más fuerte, porque tú te lo merecías y yo me moría por poder cubrirte con él. Pero me avergüenza aun más que fueras tú quien me dedicara un puñado de palabras bonitas que me contaban la mentira más grande que jamás te había escuchado.
Tú sólo pensabas en un viaje...a donde fuera, pero lejos de aquí. Lejos de toda esta mentira que vivimos y que nos llena de vacío, de vacío cubierto de dolor y desengaño. Lejos de todos los recuerdos que te encogen el corazón hasta hacerlo un ovillo. Tú sólo querías pintar un nuevo camino que no se acabara difuminando en este gris, un camino donde tú dibujaras su sentido. Porque aquí ya nada lo tiene... Y yo en ese momento no era capaz de negarte nada, ni siquiera eso. Tan sólo te quería cuidar, abrazar... aunque no sirviera de nada. Decías que el tiempo lo haría por mi, pero me niego a arriesgarme, a arriesgarte. Promete que no tardarás.

"Y cuando me marche estará mi vida en la tierra en paz. Yo sólo quería despedirme darte un beso y verte una vez más. Promete que serás feliz, te ponías tan guapa al reir..y así, sólo así quiero recordarte...ahora te toca a ti, sólo a ti, seguir nuestro viaje." LOVG.

martes, 1 de mayo de 2007

A Ti

Ayer alguien me habló de días rojos, que no negros, rojos. Aunque más bien fui yo la que se empeñó en entender las historias que teclean, con esa sinceridad inconfundible, dos manos que ni siquiera sabrán de mi allanamiento de morada. Sin embargo, no escribiré hoy sobre su colección de días rojos. Días en los que se tiene miedo y no se sabe por qué. Sino que me dedicaré a los tuyos, esos que más que rojos son de un naranja oscuro, y que anoche me confesaste que te difuminaban las cuatro letras de un amor.

Me faltaban las palabras para hacerte sonreir. Para recordarte, aunque sólo fuera por un instante, todas las piedras que hemos ido apartando de ese camino que dices estar lleno de espinas, tú ya me entiendes. Y es que, aunque no lo creas, esos tropezones duelen más cuando se los da un amigo.
Yo repasaba en mi mente cada paso avanzado, cada desilusión que nos terminó haciendo más fuertes y que tú siempre te empeñas en excusar con eso a lo que la gente llama destino. Sinceramente, nunca le he tomado muy en serio. Es más, detesto su manera de planificarlo todo. Por eso me divierte jugarle malas pasadas y burlarme de él cuando cree que tiene la partida ganada. Es mejor así, porque escribimos nuestra propia historia, esa que al releer me hace pensar cómo no te has cansado de mi a estas alturas. Y es que yo tampoco me canso, porque sigo esperando como el primer día que vengas y me cuentes tus secretos más inconfesables, que al fin y al cabo, forman parte de tu colección de días rojos.

Me alegra saber que he cambiado el color de tu día, aunque sólo haya ido tirando de esa cuerda que sostenía con fuerza las palabras que no querían encontrarse con tu voz. Ahora te toca a ti, la sinceridad siempre te acaba ganando y esta vez no va a ser menos. Sé que por mucho que te diga vas a hacer lo que te de la gana, siempre lo has hecho. Pero me encanta no llegar nunca a conocerte del todo, así tengo el resto de mi vida para aprender un poco más de ti.
A ti...que te sienta tan bien el rojo.



Y gracias a ti también kakawete...porque una imagen vale más que mil palabras!!

"Que las nubes más que nada son trozos de alma en algodón de los que ya no están que dijeron adiós, que al vernos mal hoy su pena olvidarán rompiendo a llorar...Y llueve se mueve este avión, avanza, desangra y desgarra mi voz, me turba y me engaña, me encoge el dolor, hoy llueve, me duele y me alejo del sol, empiezo a creer que entre los dos se oculta un cielo temblando de amor, me acuerdo de ti, de ti, de ti...y llueve." Vega.
Esto último va para otra personita...ánimo! y del cariño ya nos encargamos nosotros...

lunes, 30 de abril de 2007

Te echo de menos

Hay días en los que me engaño y creo que ya no te necesito. Hay días que me repito a mi misma lo idiota que he sido por malgastar todo mi tiempo en hacerte sonreir. Y es que me he engañado tantas veces, tantas esperanzas que a día de hoy me siguen llevando a un mismo camino.

Me he prometido que no voy a volcar mi vida en esto, que son ya muchos mares de naufragio, que mis ojos necesitan echar el ancla por un rato. Me pregunté...¿qué hacer si no estás cerca? ¿ si ya no me recorren tus caricias cada amanecer?

Necesito que me abrigues con tus brazos este invierno de traspiés en cada paso. Que los días son muy largos y las noches son eternas, y la cuenta de la vida rompe cada idea deshaciéndola en mil pedazos.

He de confesar, que mis palabras se resumen hoy a un mar de incertidumbre donde cada ola pasajera es un muro más que combatir. Escucho canciones que me hacen recordarte, que me hacen pensar que quizá la culpa haya sido sólo mia. Pero no cambiaría nada de este viaje, siempre he tenido muy claro qué hacer y qué decir...y ahora te echo de menos.

"Sólo espero que consigas darte cuenta y aunque sea difícil, al final, comprendras que aunque ponga voluntad no habrá nada en el mundo que me haga olvidar que no estás cerca, que me enseñe a vivir sin repetirme...cuanto te echo de menos." Vega.

Circular

Dentro y fuera de nuestras fronteras...circulamos.


Es curioso como en un momento la vida puede dar un giro de 180º y sí, dar la vuelta completa. Todo lo que parecía ir bien, empieza a desmoronarse de golpe cegándote de cualquier resquicio de escapar. Pero más curioso es aun, que tengan que llegar y arrancarnos la emoción para darnos cuenta de nuestros deseos, de que la vida no es tan larga como la habíamos pintado con nuestras primeras pinturas de Plastidecor, ni como para dejarlos en una lista de cosas pendientes y esperar el momento propicio.
Por eso hoy, me he decidido a empezar una nueva etapa en este camino lleno de sorpresas que no siempre te hacen esbozar una sonrisa. Quién me iba a decir que acabaría desvelándoos algunos de mis secretos menos confesables, trasladando desde el medio de mi pecho un puñado de historias que giran eternamente sobre un mismo círculo.
No sé si aun empleando mil palabras entenderíais lo que he intentado explicar, y tampoco os voy a mentir, el secreto de las mismas circula en sentidos muy diferentes, así que cada uno, a su buen entender, juzgue por sí mismo.

"Ya da igual, me cansé de excusarte en cada esquina, de vivir para ti, ya no creo en tus mentiras. Ya da igual me cansé, he encontrado la salida, ahora sé que es mejor estar sola que en tu vida." Vega.