jueves, 22 de noviembre de 2007

Magia es verte sonreír

A veces soy tan frágil... comienzan sonando los acordes con los que es inevitable acordarse de ti.
Un puñado de palabras fue suficiente para saber que merecía la pena probar suerte, para cerciorarme de que detrás de esa armadura, que ya había dado señales de su dureza, se escondía mucho más, tanto, que ni siquiera cientos de kilómetros de por medio son capaces de impedir ahora que te sienta a mi lado. Porque es aquí mismo donde tú te encuentras, tú y tus soliloquios, que me invitaron a escucharles mucho antes de que tú te dieras cuenta. Y no, ya no estoy segura de saber discernir entre azar y destino, pero lo que sí sé es que repetiría la misma locura una y mil veces, aun sabiendo que cada paso que avanzo contigo complica en grandes proporciones la espera del siguiente. Y las únicas culpables son esas pequeñas cosas que, como siempre has dicho, con el tiempo se hacen gigantes. Cosas como darme las buenas noches cada día, sin decir una palabra, antes de que tus ojos dejen de soportar el peso de tus párpados. Cosas como descolgar una noche el teléfono y escuchar al otro lado la letra de la primera despedida. Simplemente, cosas como que te empeñes en invitarme a un capuccino demostrándome que tu vena norte puede llegar a ser aun más persistente que la mía propia.
Y mientras tanto sigo sujetando con la yema de los dedos la paciencia con la que intento acercar el momento en el que todos los relojes de la cuenta atrás dejen de marcar los miles de segundos que me impiden ser yo quien te ofrezca un café. Marcadores a cero y esta vez soy yo quien te da la sorpresa, que las tuyas empiezan a convertirse en rutina por todas las veces que me hacen plantearme si realmente quisiera tirar del lazo que sujeta tu envoltorio o si preferiría seguir siendo víctima de esa magia que haces tan real a poquito que me recuerdas que podría pasarme una vida entera intentando descifrar tu jeroglífico. Magia cuando no dejas de sorprenderme, magia cuando leo todo lo que teclean tus manos sobre un fondo negro, magia cuando escucho las últimas notas que han salido de tus seis cuerdas, magia cuando me dices que todavía estás conmigo... Magia es verte sonrerír.

Magia es probar a volcar lo que hay en el fondo de ti, magia es verte sonreír... Magia es probar a saltar sin mirar, es caer y volver a empezar... Rosana.

martes, 13 de noviembre de 2007

Inerte

Hace días que llevo intentando traducir en forma de palabras algo que, inexplicablemente, se cuela por los poros de mi piel cada vez que me cruzo contigo. Encuentro tu mirada entre todos esos pares de ojos que circulan perdidos por cualquier parte y, de todas las tonterías que revolotean por mi cabeza, elijo la más absurda, la de rehuirla en un intento de disimular todo lo que te he confesado en un abrir y cerrar de ojos. Y sólo sé que no sé nada; y mientras tanto el mundo gira, dirían algunos... pero no, el mío deja de dar vueltas y permanece inerte, paralizado por alguna extraña razón que hace que todo lo que no tiene que ver contigo carezca de importancia y desaparezca, siendo tú y yo los únicos supervivientes de esta realidad. Tú y yo... me siento en mi nube azul dejando via libre a la imaginación y dibujando un pronombre compuesto, pero pierdo el equilibrio y me doy cuenta de que he vuelto a tropezar con la rutina de confundir tus sonrisas. Contigo a mi lado sin estar a tu lado. Y me pierdo aun más en el intento de dejar de medir cada palabra que te digo, dejar de medir cada gesto articulado por miedo a que me delate, a que te des cuenta de lo difícil que se me hace ser impasible a tus caricias. Intento también dejar de darte el papel principal de todos los temas que rellenan la estantería de vinilos clasificados para escuchar los días en los que ni siquiera las notas de la mejor melodía te hacen flotar, y no sirve de nada. Tampoco creo que esté pidiendo tanto. Sorpréndeme con alguna de tus miradas inesperadas y me olvido de todo, inmóvil, preguntándome si te darás cuenta de lo que está pasando, de la dificultad que supone el insinuarte una mínima parte de lo que mi lateral izquierdo reproduce en forma de latidos.

"Ya lo sé, que no es fácil, a veces, hacerme la muerta en tu vida, que si floto por dentro es para recordar que estoy viva... navegando por cada recuerdo, pasando los días contigo a mi lado sin estar a tu lado... todavía" Tiza.