domingo, 21 de septiembre de 2008

verde quierote verde

Hoy ha sido un día frágil; me he partido en pedacitos antes de llegar a los cuatrocientos golpes. Me he quedado mirando mis zapatillas verdes y me han recordado a ti. A tu verde, que no es tan camaleónico como el mío, pero que a veces termina destiñéndose del mismo tono indescifrable. He cogido las tijeras de coser y las he cortado. Así, sin más. El otro día me dijeron que un buen corte de pelo es lo más eficaz para las nuevas etapas. Pero como mi flequillo y yo hemos llegado hasta el punto de sentirnos extrañamente inseparables, me he dedicado a meter mano a mis pies. A bajarlos del único satélite natural que orbita alrededor de la Tierra.
Me han recordado que si no llega a ser por mí, no nos habríamos dado cuenta de que teníamos que conocernos. Porque esto es así. Cuando las conexiones entre mi sinrazón y la lógica producen cortocircuitos, me pasan cosas como ésta. Como la insensatez de mirar a alguien desconocido a los ojos y sentir unas ganas enormes de conocerle. No sé si fue tu guitarra, tu etiqueta de “ciudadana del mundo” o tus gafas de pasta blanca, pero ese día acepté un paseo en pelotas por plena Gran Vía madrileña. Vestidas de ideas desnudas, muriéndonos de frío. Y me lo debes. O te lo debo, porque si te estoy escribiendo ahora es para darle algún punto de quietud a mi conciencia. Y lo peor de todo es que me estoy dando cuenta de todo esto porque hoy ha sido un día de mierda. Empiezas a pensar en todos los abrazos que te faltan y sientes que te ahogas. Que te ahogas si no tienes a alguien que te agarre fuerte. Así que he pensado en regalarte un hilo de los que han quedado colgando de mis zapatillas verdes. Y si ves que me escaqueo, pues me tensas. Y puede que todo quede en un bonito intento (porque soy así, así de terca y obstinada), pero supongo que me dejarás tirar de él cuando al cabo de unos días me dé cuenta de que la he vuelto a cagar. Y bueno, de que te he echado de menos.

"En algún resquicio perdí todo el juicio, soy el paso torpe que te pisa al bailar... no estoy triste, es sólo cierta estupibilidad" Tiza.