Siento no poder llevar esto tan al día como quisiera, pero últimamente el tiempo es un recurso escaso para mí, así que os dejo la banda sonora de estos últimos días...
domingo, 28 de octubre de 2007
viernes, 5 de octubre de 2007
Tic-tac, tic-tac...
Una llamada inesperada en mitad de la noche. Gritos, gritos, saludos, gritos y más gritos. Y una voz... y muchas voces, pero una especialmente conocida, y aun así, en ese momento, ponía más empeño en descifrar tus palabras que las que seguían los acordes marcados por la inconfundible Gibson.
Un escalofrío consiguió erizar hasta el último poro de mi piel mientras tu recuerdo venía a mi cabeza; y el tuyo, y el tuyo, y el tuyo... Hubiese dado más de lo que pudiera por tan sólo un minuto de tu compañía. Sesenta segundos hubieran bastado para confirmar que sentirte tan cerca, a tantos kilómetros de distancia, puede ser tan real como un paseo por algunas de las calles más extravagantes de Madrid que, no sé muy bien qué tendrán para que con tan sólo dos billetes de ida y vuelta, hayan logrado calar hondo.
Me siento incapaz de prestar atención a la banda sonora que ha acompañado mi día a día, y vuelven recuerdos en forma de diapositivas. Y río... río por no llorar, porque nunca he sabido dar rienda suelta a mis emociones delante de unos pares de ojos tan atentos. Así que lloro por dentro, sin saber con certeza si mis lágrimas son amargas ó, si acaso, emergen de felicidad. Sensaciones tan distintas en tan poco tiempo... Creo que mis ideas empiezan a desmoronarse, y sólo me queda razón para pensar en un tercer billete... pasajeros, más allá del límite de nuestras fronteras, circulamos.
"Perdí cientos de horas en buscar un lugar donde tocar el suelo y encontré dos mil palabras que guardar, y vi toda mi vida alrededor. Canté cien escogidas al azar, sonó como si ya existiera. Grité las que no me gustaban y vi que sólo hablaba de los dos..." Iván Ferreiro.
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