martes, 26 de junio de 2007

Me acuerdo de ti, de ti, de ti...

A pesar de todas mis intenciones, sigues sin haber cambiado nada. Me cuesta creer que a estas alturas pretendas que todo siga igual. Igual que antes, mucho antes de llegar a conocerte del todo, aunque a veces pienso que nunca llegaré a hacerlo. Eres como una de esas cajas llena de sorpresas que nunca sabes lo que guardan dentro, ni siquiera tú lo sabes, y me asusta encontrarme con algo a lo que siempre he temido... perderte. Aunque si abro bien los ojos, mi mirada más sincera puede ver que cada día que pasa te alejas más de mí. No es así como yo percibo el concepto de permanencia, pero si te soy sincera, tampoco me interesa que cumplas tus promesas. Y es que no me basta poder abrazarte si no te puedo tocar, poder darte un beso si no lo voy a sentir... No me bastan tus palabras si no las voy a poder escuchar siempre que las necesite. Tampoco me basta tener el vacío lleno de falsas ilusiones, y tú ni si quiera te das cuenta...
Dices que esperar es siempre la mejor medicina, pero yo siento que el tiempo se congela, que se niega a perderte en la memoría junto a tantos otros recuerdos inalcanzables a día de hoy... y yo soy incapaz de templarlo, quizá porque tampoco quiero que seas un rasguño más con el que llenar el típico baúl de los recuerdos.
Podría intentar desengancharme de ti regalando cada una de estas palabras a quien de verdad las valorase y, sin embargo, hace no mucho alguien me enseñó que un clavo saca a otro clavo, pero no a una chincheta de color, de esas que se cuelan hasta el fondo y acaban rompiendo tu corazón en mil pedazos. Supongo que ahora lo único que queda es intentar que destiña el color de ese príncipe que nunca fue azul.


"No ves que bestarte el alma no me basta, es más, me subasta. No ves que no puedo poner precio a cada una de las letras que insinuan un te quiero." Ana Vázquez.

sábado, 9 de junio de 2007

Imaginarte

Y yo sigo tomando prestadas las fotos de mi kakawete:p
Una vez más vuelvo a caer en la idiotez de repetirme que no me haces falta. Que aunque mis ojos se crucen con los tuyos no van a romper en un mar de lágrimas. Sé que no es verdad. Aunque me empeñe en negar que mi almohada no te extraña cada noche, aunque trate de fingir que no sentiría nada si nuestros cuerpos simplemente se dieran un roce... Sé que no es verdad. Y sin embargo, no puedo hacer nada por evitarlo, o quizás no me apetezca hacer nada por evitarlo; tan sólo imaginarte... Imaginarte al oir los primeros acordes de aquella canción que escuchamos juntos por primera vez, la primera vez. Imaginarte susurrándome al oído todas las frases escondidas en sus letras. Imaginarte conmigo... o sin mí.
Imaginar lo que fue y lo que podría haber llegado a ser. Sé que no fue verdad, o por lo menos no de la que a mí me hubiera gustado. Y tú también imaginabas... imaginabas lo que sería no volver a echar de menos. Pero hay veces que el lado izquierdo es más fuerte que cualquier otro. Y era entonces cuando más te imaginaba siendo la parte que hiciera posible que me completara yo misma. Promesas que se perderán en estas cuatro paredes... Y que no llegaban a ser mucho más que eso, palabras perdidas. Ni siquiera me importaba. Me conformaba con que te convirtieras en sueño cada noche, con que tomaras parte de la banda sonora de mi vida... Intentaré no confundir los sueños con soñarte. Y es que la vida es un sueño y los sueños, sueños son, y nada más, nada más... Tampoco hace falta que te diga que los sueños no se cumplen, porque en el momento que lo hacen, dejan de serlo. Y yo...prefiero imaginarte.

"Soy tu cintura, tú mi cuerpo. Mi deseo está en tu piel... Quizá parezca una estupidez imaginar lo que sería besarte en este instante." Lantana.